Desajustar el intervalo central-lateral

En el fútbol moderno, donde el ejercicio defensivo de un equipo cada vez suele estar mejor estructurado, encontramos mecanismos para debilitar las organizaciones defensivas y así, poder generar situaciones de superación/penetración para acercarnos a la portería rival. Uno de los principios fundamentales para generar ventajas es la capacidad de desajustar la última línea (defensiva), en este caso el intervalo entre el central y el lateral del equipo rival.

En este artículo trataré de mostrar varias situaciones/dinámicas del juego que nos facilitan desajustar este intervalo.

FIJAR EL INTERVALO DESDE DENTRO

Fijar el intervalo desde centro, hace referencia a amenazar ubicandose en el intervalo, o realizar movimientos de ruptura por el interior de este. Con ello, conseguiremos liberar llegadas por carriles exteriores y limpiar líneas de pase en diagonal generando una ventaja espacio-temporal al receptor exterior del pase, por las dudas que generamos en el central y el lateral sobre quién defiende al jugador que está ubicado entre ellos.

Diferenciamos esta fijación en dos situaciones del juego, en un ataque organizado ante un bloque organizado, independientemente de su altura, lo que diriamos que es una fase estable del juego. Y en situaciones inestables, situaciones a llegar a área en acciones de centro.

En este segundo tipo, al buscar una ruptura sobre el intervalo, obligamos al lateral opuesto a cerrar para defender esta llegada interior a la zona de remate, lo que en muchas ocasiones, nos libera al jugador más alejado que se encuentra llegando a la zona de remate desde carriles exteriores.

SUJETAR AL LATERAL EN AMPLITUD

Para explotar el intervalo central-lateral y facilitarnos la superación de la línea defensiva desde este espacio, es imprescindible tener a jugadores dando amplitud al ataque.

Sin amplitud, no hay profundidad.

Si en la situación anterior nos fijabamos en las opciones que nos brinda el tener un jugador dentro del intervalo, ahora veremos qué nos aporta tener a un jugador en amplitud por fuera del intervalo.

Sujetar al lateral, nos facilitar la ruptura por dentro del intervalo del jugador que se encuentra en ese espacio. Ya sea partir de generar situaciones de 2c1 (extremo+interior vs lateral), buscando atacar la profundidad con el jugador interior una vez reciba el de fuera, o bien, facilitar las conducción sin oposición por dentro del intervalo.

En este caso, no todo es favorecer al jugador de dentro, sino que, también podemos autogenerarnos situaciones favorables a partir de dar esta amplitud.

Sobretodo en situaciones donde el jugador que fija en amplitud, detecta que atrae al lateral, acercandose a él, y distanciandose de su central.

En estas situaciones, se abre un espacio el cuál podemos atacar mediante un desmarque por delante o por detrás del defensor

MOVILIZAR AL LATERAL

Provocar el salto del lateral sobre un pase exterior, además de alargar el intervalo entre él y su central más cercano—desajustando así la línea defensiva—, genera muchas dudas sobre quién debe defender un posible desmarque en ese espacio.

¿Debe salir el central a defender el desmarque?

Esto implica el riesgo de que abandone el área, dejando al equipo en desventaja en situaciones de defensa dentro de la misma.

¿Debe seguirlo el extremo de la misma banda? Esto supondría un esfuerzo físico considerable y, en muchas ocasiones, no lograría llegar a tiempo para defender ese espacio.¿Debe salir un mediocentro a cubrirlo? Esto podría generar un desajuste en la zona por delante de la línea defensiva, desprotegiendo las áreas de rechace o el pase atrás.

A nivel defensivo, es fundamental definir con claridad quién debe encargarse de defender el intervalo entre el central y el lateral, evitando dudas que puedan dar lugar a situaciones no deseadas.

FIJAR EL INTERVALO EN CONDUCCIÓN

Este tipo de fijaciones en conducción se da, en la mayoría de los casos, cuando un jugador juega a banda cambiada y tiende a encarar o conducir hacia el interior.

Esta conducción suele iniciarse por una mala defensa del lateral, que presiona al extremo para defender el uno contra uno, pero le deja libre el espacio interior, permitiéndole avanzar con el balón controlado con su pierna hábil.

Al producirse esta conducción en paralelo al intervalo y a la línea defensiva, surgen muchas dudas sobre quién debe salir a defender o a oponerse a la acción del extremo.

Tanto si alguien sale como si no, se abren líneas de pase a la espalda de la línea defensiva, donde los jugadores que se desmarcan están ubicados por detrás de sus pares, haciendo que sus movimientos sean muy difíciles de defender.

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